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Mostrando entradas de 2014

Platón y Masonería: de los opuestos al necesario retorno a una masonería mítica.

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Seria innecesario referir a estas alturas mi predilección por el Fedón de entre los diálogos platónicos. Y quizá sea por ello que su relectura me depara momentos gratos de grave reflexión. En muchos casos esta reflexión me remite a tópicos de la francmasoneria, sea porque ésta tiene una genética platónica por excelencia, sea porque la versatilidad  simbólica de la masonería así lo permite. Cualquiera sea el caso, hoy quiero detenerme en este significativo párrafo: “¡Qué extraño, amigos, suele ser eso que los hombres denominan ‘placentero’! Cuán sorprendentemente está dispuesto frente a lo que parece ser su contrario, lo doloroso, por el no querer presentarse al ser humano los dos a la vez; pero si uno persigue a uno de los dos y lo alcanza, siempre está obligado, en cierto modo, a tomar también el otro, como si ambos estuvieran ligados en una sola cabeza. Y me parece, dijo, que si Esopo lo hubiera advertido, habría compuesto una fábula de como la divinidad, que quería sep

Del Símbolo a la Figura, a propósito de la Divina Comedia.

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A mis Hermanos del Gran Oriente Federal de la República Argentina.             La lectura de la Divina Comedia me remitió a algunas consideraciones de Ángel Crespo [1] que, en materia de simbolismo, me ha parecido importante apuntar en orden a la cabal interpretación del simbolismo masónico. Particularmente, he hallado una importante contribución al analizar, dentro de la metáfora, el papel de las “figuras’.                         Para este comentador de la Commedia dantesca existen cierto tipo de símbolos convencionales que, cuando están dotados de una personalidad histórica y no abstracta (aunque sin perder su carácter de convencionales), conforman un tipo especial de metáfora denominado “figura”. Tienen la particularidad de que, como dijimos, aun  convencionales, actúan en el marco literario dentro de un plano realista desde que reaccionan a las diferentes situaciones que se van presentando con comportamientos típicamente humanos, desde la ternura, la paciencia, la

John Toland y su "esoterismo" panteísta, a propósito de cierto ocultismo en masonería.

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                    Debo al Círculo de Estudios del Rito Moderno Röettiers de Montaleu el feliz hecho de haber conocido al autor del Blog “ La Imprenta de Benjamín”, quien constantemente pone a disposición de los masones hispanoamericanos traducciones de valioso contenido del orbe masónico de habla inglesa.             Uno de estos aportes definitivos lo constituye su precisa traducción del “Pantheisticon” de John Toland [1] , muy en boga desde que la historiadora Margaret Jacob lo ubicó entre los antecedentes obligados de la francmasonería de cuño iluminista, lo que generó un interesante debate en torno a la legitimidad de dicho aserto.             Pero, sin querer entrar en tal debate, cito de dicha obra un par de referencias en torno al valor de lo “esotérico” versus lo “exotérico” a fin de echar algo de luz sobre una materia que, en ocasiones, amenaza en ubicar a la Orden francmasónica en un reducto meta-racional, irracional o francamente ocultista.       

Jean Bodin y la Francmasonería: a propósito de una lectura de Frances Yates.

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        L a siempre imprescindible lectura de Frances Yates llevó a mi imaginación al límite de vincular ciertas ideas de Jean Bodin con ciertos tópicos masónicos. Se podrá acusar a mi imaginación, típicamente masónica, de ver todo en clave del Arte (y todo puede ser) pero tengo para mi que, siendo la francmasonería una institución cuya impronta ideológica proviene de las postrimerías del renacimiento, vaya a saber uno qué tan alejada esté la fantasía de la Verdad.      La página 210 del Tomo III de los Ensayos Reunidos, editado por el Fondo de Cultura Económica, da cuenta de la reseña que Yates realiza del Colloquium heptaplomeres de rerum sublimium arcanis abdictis (Coloquio de los Siete  sobre secretos de lo sublime). En esta obra Bodin trasluce el ideal de tolerancia a través de siete coloquios sobre lo Sublime que son llevados a cabo por siete imaginarios personajes: Coronaeus, un católico romano; Federicus, un luterano; Curtius, un calvinista; Toralba, partidario de la