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Mostrando entradas de 2015

Una exégesis luterana, a propósito de la Biblia como Volumen de la Ley Sagrada

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Próximo a cumplirse un nuevo aniversario del comienzo de la Reforma Protestante, las Iglesias Luteranas han ubicado como texto para el momento ritual de la Celebración de la Palabra (id est, de la lectura de los Evangelios) un texto que, por su fuerte contenido, lleva a replantearnos el simbolismo del Volúmen de la Ley Sagrada en aquellos Ritos Masónicos que, como el Escocés Antiguo y Aceptado, lo ubican dentro de sus Grandes Luces (particularmente en aquellas obediencias partidarias de un dogmatismo cristiano más acendrado).  Robert Macoy dirá que el Libro de la Ley Sagrada constituye parte obligada del mobiliario de cada Logia, y que no es en absoluto obligatorio que se trate del Volumen del Antiguo y el Nuevo Testamento, sino de aquel libro en donde, de acuerdo a la religión de cada país, se encuentre manifestada la voluntad del Gran Arquitecto del Universo (Vid. Macoy, Robert, Illustred History and Ciclopedya of Freemasonry, New York, 1908, voz: Landmark, pág. 220).

Los fines de la Masoneria, a la Memoria de un Notable Maestro Masón.

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         Hace ya varios años que, por intermedio de los Hermanos Victor Guerra y Joaquim Villalta , me fue dado conocer virtualmente al Muy Querido Hermano Saúl Apolinaire , inolvidable Maestro Masón que hace poco más de un año decora el Oriente Eterno. Su desinteresado afán por el estudio serio y metódico de los fundamentos históricos, filosóficos y rituálicos de la francmasonería era tan grande como su modestia, austeridad y generosidad. De esta última virtud puedo dar fe personalmente, puesto que promediando el año 2012 tuve el enorme placer de encontrarme con una encomienda dirigida hacia mi persona que contenía debidamente fotocopiados y encuadernados el "Manual de los Masones Libres de los Tres Grados Simbólicos Rito Escoces Antiguo y Aceptado", en su Edición Oficial de 1874 de la Gran Secretaría General de la Orden (Buenos Aires), y la "Historia, Apuntes, Fines y Objeto de la Masonería", obra póstuma del Querido Hermano Salvador Ingenieros, publicado

EL DEBER: KANT Y MASONERIA.

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Existe una costumbre extendida que considera que los requisitos para ingresar a la Orden Francmasónica han de consistir en ser hombre libre y de buenas costumbres. Y dejando de lado la obvia pero persistente cuestión de que hombre, en tanto expresión de la especie humana comprende tanto al varón como a la mujer, el resto de las exigencias podrían traducirse en la evangélica cuestión de ser uno de buena voluntad. Y esto no debería escandalizar ni a los cristianos que ven en la Masonería al mismo Anticristo, ni a los masones que, bajo un pseudo positivismo, quieren a la Orden lo más depurada posible de todo rastro cristiano. La verdad es que, mal que le pese a ambos bandos, la Francmasonería tiene una carga genética cristiana que, si bien no la condiciona dogmáticamente, al menos la explica en su historia real, lejos de las fantasías intra y extra muros.              Sin embargo, el cristianismo ha tenido vertientes racionalistas nada despreciables y que han contribuido en no po